La llegada al recinto...sus caras reflejan la ilusión por las aventuras que esperan vivir.
Comenzamos con una asamblea para explicarles las actividades programadas y tomar el desayuno.
A continuación las tareas de granja y huerto, su primer contacto con los animales, lo que todos/as estaban esperando.
Unos minutos libres en la pradera para disfrutar de la hierba y rodar como "croquetas".
La hora de la comida, en compañía siempre se come mejor, dan testimonio de ello los platos vacíos que dejaron nuestros chicos/as.
La tarde comenzaba con el taller de pan y las aventuras del duende del pan.
Para merendar un riquísimo bizcocho casero y un paseo por la pradera.
¡Llegó el momento de la despedida! ¡Qué corto se nos ha hecho el día!
Pero a pesar de corto muy intenso y el autobús un fantástico lugar para una siesta.
¡Un feliz día!
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